viernes, 27 de junio de 2014

PARROQUIA ATAHUALPA


Conocida antes como recinto “Engabao”, se crea como parroquia rural del Cantón Santa Elena, el 11 de Febrero de 1941 mediante ordenanza municipal; tiene una extensión territorial de 94.14 Km2, su densidad poblacional es de 108.84 hab. Por km2 y tiene una sola comuna conocido como Entre Ríos.
Según relatos de los antepasados Atahualpenses, se inició cuando los moradores de la población de Santa Elena, particularmente personas dedicadas a la cría de ganado, desesperado por la carencia del líquido vital para la subsistencia de los seres vivientes, realizaban grandes desplazamientos para proveerse de agua en los manantiales, vertientes u “ojos de agua” que providencialmente encontraban.
La caravana salía desde madrugada hasta alta horas de la noche, descansando en medio camino. Producto de esas migraciones, lejos de la ribera del Pacífico y con el único beneficio de contar en sus entrañas el ansiado elemento requerido para la sobre vivencia humana, se constituye un caserío al que se lo denomina Engabao (en lengua vernácula: “amistad con el agua”). Para diferenciarlo de los Engabao de Playas y del Morro, su nombre completo era el de Engabao de Santa Elena.
En este caserío denominado Engabao, excavan un pozo y al encontrar agua, se llenan de alegría, y entusiasmo, ya que esto significaba el camino para llevar el preciado líquido que cada día se ponía escaso.
Los habitantes en esa población subsistían de la agricultura, y la ganadería, al llegar la sequía no pudieron seguir con su forma de vida y esto obligó a emigrar a otro sitio.
Los que permanecieron en Engabao buscaron otra forma de vida, entre la actividad que empezaron a desarrollar fue la ebanistería. Utilizaban la leña seca para realizar trabajos rústicos que poco a poco fueron perfeccionando con la llegada de los ingleses en la Parroquia Ancón, ya que ellos necesitaban la ayuda de ebanistas para realizar sus casas y es allí donde se perfeccionaron en la ebanistería, ya que tenían una habilidad para poder construir estas casas.
Su población aproximada en la actualidad es de 4.800 habitantes de los cuales el 49% son hombres y 51% son mujeres, además se conoce que el 98,50 % de la población vive en la cabecera parroquial y el área poblada es de 110 hectáreas.

La implementación de actividades artesanales en muchas de sus ramas, particularmente la Ebanistería, han logrado elevar a un alto sitial a nuestra población; reconociéndolas a nivel nacional como “La Capital del Mueble”.



Por el año 1938, se conformó el comité parroquialización y sus integrantes pensaron que se tenía que cambiar el nombre del recinto ENGABAO. Entre estos nombres escogieron: Simón Bolívar, Sucre, Atahualpa. Se analizó cada uno de esos nombres y sacaron muchas conclusiones en la que decidieron el nombre de ATAHUALPA, debido a que este nombre encierra una gran historia, en homenaje al último Emperador del Tahuantinsuyo.
La firma del convenio se realizó el 4 de octubre de 1939 y el 21 de enero de 1945 se expiró la respectiva ordenanza municipal en las cuales se crea la Parroquia Atahualpa, del Cantón Santa Elena, por decreto ejecutivo Nº 134 de febrero del mismo año, publicado en el registro oficial Nº 149 – 150 del 26-27 de febrero del mismo año, con un ambiente político hostil, debido a la incoherencias, entre ediles Santaelenenses y dirigentes de la parroquia en aquel tiempo a crearse. Razón que no permitió darle territorialmente lo que por derecho histórico y justicia le correspondía.
Con estos antecedentes, se resume que los atahualpenses, vivieron de la ganadería, de la agricultura, de la industria del sombrero de paja toquilla; luego, pasaron a ser trabajadores de la empresa Anglo. Hoy preparan con sus manos laboriosas la madera, para elaborar preciosos muebles, por lo que Atahualpa se le conoce como EL IMPERIO DEL MUEBLE o también como LA CAPITAL DEL MUEBLE. Así mismo, se le ha dado el denominativo de ATENAS DE LA PENÍNSULA, pues sus hijos no se estancan en sus estudios y buscan la senda del saber, de allí que en Atahualpa encontramos Bachilleres Técnicos, Contables, Petroquímicos, Bachilleres en Humanidades, en ciencias de la Educación, Prof. De Primaria, Tecnólogos en la Madera, Tecnólogos Industriales, Licenciados, Abogados, Ingeniero, Economistas, Arquitectos, Médicos y otros que dan lustre a su patria chica Atahualpa.



SIMBOLOS DE LA PARROQUIA ATAHUALPA

La Parroquia Atahualpa, ya tiene sus símbolos, pues a petición de la Junta Parroquial del año 1.990 la Confraternidad de Educadores Atahualpenses (CEA) pensando en su tierra natal, en 1.991 le dio una bandera. En 1.992 en su fecha parroquial, le dio su Escudo y en 1.997 ya hicieron Escuchar las notas del Himno Parroquial, con letras del Lcdo. Gabriel Cabezas Lavallen y música del Prof. César Guayas Orozco. Todo aprobado por la Municipalidad de Santa Elena.

BANDERA


ESCUDO


ACTIVIDAD ECONÓMICA


La parroquia Atahualpa tiene una marcada vocación artesanal, lo que la ha convertido en un centro artesanal reconocida a escala nacional e internacional, esta actividad es la principal fuente de ingreso para los habitantes de la parroquia; su principal materia prima se la obtiene de la provincia de Manabí y del cantón Pedro Carbo.
También trabajan en la agricultura principalmente en el recinto Entre Ríos, que tiene 42 hectáreas donde se cultivan productos de ciclo corto como el zapallo, melón, tomate, yuca, frejol, sandia, etc. Esta actividad se la ha realizado generalmente en la época de invierno y ciertos meses del verano con las aguas que se quedan en las albarradas, que actualmente están deterioradas lo que ha perjudicado esta actividad, además desarrollar aunque en menor magnitud actividades y la porcicultura.
En la parroquia existen 3633 hectáreas que tienen otros tipos de uso, además la compañía Equidor tiene 70 hectáreas que están sin uso y Odebrecht 50 hectáreas. Parte de las cuales se utilizaron para construir una planta de tratamiento de agua y una planta de oxidación.
Limites
Norte: Santa Elena
Sur: Parroquia Chanduy
Este: Santa Elena
Oeste: Parroquia Ancón

LEYENDAS

Nuestro pueblo encierra diversos mitos y leyendas que nuestros antepasados narraron y se hicieron famosas dentro de nuestra comunidad:


LOS RÍOS MALUCOS

En aquellos tiempos, la parroquia Atahualpa, se le conocía con el nombre de Engabao, tenía muy pocos pobladores, quienes Vivian en casa destruidas con paja de maíz, no habían camas y se dormían en suelo. La mayoría de los hombres trabajaban fuera de la población y en las noches debían retornar a sus hogares caminado por los cerros , en ocasiones atravesando el rio que pasa cerca del lugar, los hombres de aquella época, cuando retornaba a casa, contaban la siguiente historia.
Decían que al caminar cerca del rio, aparecían en las orillas o silencio del lecho, gigantescos animales tales como cerdos, vacas, chivos o pato, tan grandes que parecían monstruos. Estos se veían al caer la noche, de pronto, aparecían luces rojas que atemorizaban más aun a los caminantes por gente trataba de llegar temprano a sus hogares.
Desde ese entonces, la gente empezó a dominar a esos ríos con el nombres de “RIOS malucos” por lo extraño que en ellos ocurría.
Narrador: Máximo Yagual Pita, Mayo De 1917

LAS CALAVERAS

Pocas casas formaban el caserío que hoy se conoce como parroquia Atahualpa la gente iba a otros pueblos a intercambiar productos y como no había mar, se tenían que avanzar hasta chanduy u otras cosas playas para las faenas de pescas. La mayor parte de las veces se viajaba acompañado con quienes se levantaban de madrugada para empezar la travesía temprano pues no había transporte rápido . Entre las personas se silbaban muy temprano como diciendo “compañero es hora de la salida ,nos vamos a trabajar” se iban así contando leyendas y entre ellas la de “las calaveras”.
Cuentan que dentro de las personas no se atrevían a salir después de las nueves de la noche pues se sentía que rodaban por las calles las calaveras con un ruido parecidos a como cuando el viento lleva hojas de maíz. Además se escuchaba en las afueras del pueblo, una banda de músicos que tocaba alegremente lo cual llamaba la atención de los morados quienes al dirigirse hacia la música, solo encontraban la nada.
Siempre se evitó salir por la noche para no encontrarse con cosas malas.
Narrador: María Magdalena González, Julio de 1946




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